Existe en mi país una marca de cerveza que cada año desde el 2009, elige un grupo, habitualmente nórdico, para poner música a su campaña publicitaria. Se trata de publicidad indirecta, en la cual , se puede observar a los protagonistas del anuncio disfrutando del verano y de lugares tan espectaculares como las Islas Baleares, siempre con su cerveza en la mano. En esta ocasión la isla elegida fue Formentera...y la canción summercat de Billie the visión & the dancers. No tengo mucho que contar interesante del grupo, nada reseñable o escandaloso...pero esta es una canción que obedece a una demanda vuestra...Así que esta es la historia de Yolanda.. gracias por compartirla con nosotros/as.
Vivía en mi oficina…ocupada con todo aquello que llenaba mis horas, mis días. Esas importantísimas reuniones en las que se decidía el color del nuevo logotipo, y la línea que debían seguir los creativos para estar en consonancia con los requerimientos del cliente en Europa.
Unas reuniones tan largas como absurdas, en las que cada cual trataba de imponer su criterio a golpe de razonamientos copiados, de argumentos manidos que todos conocíamos por su reiteración. Poco importaba sobre que tratase la reunión, lo importante era escalar en la pirámide e imponerse al criterio del “compañero” y justificar un sueldo mediante la creación de conflicto, ya fuera con los subordinaos o con los jefes. Ese juego me encantaba y se me daba muy bien.
Hipotequé hijos, familia, amigos, sueños y planes. Lo hice con gusto, era consciente plenamente de lo que hacía y anteponía con placer la responsabilidad laboral a la personal.
Hacía días que me había detectado un bulto en el pecho, pero no le di mayor importancia, pensé que se trataba de un quiste como tantas otras veces. No iba a posponer mi viaje a Berlín por una nimiedad así además estaba aquí al lado.
El tiempo pasó y el viaje a Berlín se transformó en otro a Londres, y más tarde otro Roma pasando por Ámsterdam, que finalmente me llevó también a Paris.
Aquel dichoso bulto no cesó de crecer en las semanas siguientes, por eso ante la insistencia de mi marido, accedí a realizarme una mamografía. Cierto día me marché a regañadientes y a hurtadillas del trabajo antes que mis empleados, para así poder acudir a una cita con el médico.
Os ahorro el viaje…Cuatro meses después contaba con un pecho menos, sin pelo en la cabeza, debido a lo abrasivo del tratamiento también perdí gran parte de mi dentadura. Uno de mis mayores atractivos hasta entonces, ahora me hacía parecer la viva imagen de la muerte. Pensé en Berlín, en Roma, en Paris…en si realmente valió la pena…
Trato de excusarme diciendo… -le podría haber pasado a cualquiera, -es como un accidente de tráfico- (me repito estas frases constantemente).
Aunque ahora reconozco que no es así. No encuentro consuelo en estos pensamientos que trato de hacer míos a fuerza de terapias y pastillas de colores.
Me cuentan casos trágicos de otros…me dicen que podría haber sido peor, que tengo que dar gracias por esta prorroga que Dios me ha dado…
Ya no formo parte de la empresa, aunque intenté seguir trabajando. Acudía a mi despacho con mi feminidad amputada, una peluca y un cubo de fregar rojo para recoger mis vómitos. La empresa me invitó a d “prescindir temporalmente” de mis funciones, dado mi delicado estado de salud y mi imposibilidad de viajar. En modo alguno daba la buena imagen exigible a una directiva de mi nivel.
Yo les vendí mi vida…pero ellos ya no querían comprarla. Y es lógico por completo, en el mundo empresarial y competitivo en el cual nos desarrollamos, si no vendes no vales. Mi análisis D.A.F.O (Debilidades, Amenazas,Fortalezas,Oprtunidades)era negativo.
No es una crítica, yo era consciente de tal hecho y entendí a la perfección el precio que pagaba. Se me aplicaba a mi, algo que yo aplicaba a otros en tiempos mejores.
Fue en el verano en el que se dio a conocer esta canción, cuando yo me encontraba ingresada por enésima vez en el hospital. La pequeña televisión anclada en la pared me permitía ver una y otra, y otra ,y otra la cuña publicitaria ritmo de summercat.
Al ver el anuncio reflexioné y me di cuenta que mis 5 días de vacaciones al año no me daban para realizar ni una tercera parte de todo lo que se veía en un spot de 30 segundos y no era cuestión de dinero.
Hoy me han dicho que tengo que someterme de nuevo al tratamiento y sólo pienso en si podré el verano que viene robar besos a mi marido, en un par de cervezas con mi hermana y en una puesta de sol….Nunca Berlín estuvo más lejos de casa de lo que está ahora…
El mayor regalo que le puedes dar a alguien es tu tiempo, le estarás dando una parte de tu vida.
El mayor regalo que le puedes dar a alguien es tu tiempo, le estarás dando una parte de tu vida.
Lyrics
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