Hoy me lo han puesto difícil de verdad...Hoy un lector me ha pedido una canción de amor de las grandes. Es cierto que no hay mucha historia sobre ella. La canta Luz Casal de manera magistral, la compusieron las componentes de Vainica Doble,Carmen Santajona y Gloria Van Aerssen.
La puedes encontrar en el disco "Como la flor prometida", uno de los más exitosos de esta gallega.
Son increíbles las historias que me hacéis llegar...Hoy Álvaro me ha hecho llegar un escrito...
"Hola me llamo Álvaro, si tienes a bien, me gustaría compartir con vosotros mi historia. Apenas hace unos cuatro años que perdí a mi esposa, y como si tal cosa, mientras escuchaba su canción favorita" Lo eres todo" de Luz Casal, brotaron de mi pluma, de mi corazón, de mi recuerdo, las siguientes letras...
Los días soleados me traen el recuerdo de una calle caminando a tu lado. Traen a mi mente esos días en que respiraba tu aliento, en que dormida en mi cama me mostrabas tus sueños, y me dejabas espiar en tu mente, me contabas historias llenas de tus fantasías, de tus personajes cercanos, de tus miedos recurrentes, y me dejabas curarlos cubriéndote de besos. Tengo mil trescientos cuarenta y cinco recuerdos de tus susurros tímidos, de tu cabello liso, de tus promesas de amor. Me acuerdo de brisas calmadas, de días de pocas preocupaciones, de días saludables tomados de la mano, de las esperanzas con que llenaste mi calendario, de los planes en los que tu eras mi maestra y yo tu aprendiz.
Hace años que te fuiste, estos días de ausencia jamás los planeamos, nunca supimos que llegaría el momento de no saber más del otro, jamás pensé que casi muero y tu jamás te enterarías, que vencería algunos miedos estando solo y tu no estarías aquí para verme ganar, como lo habíamos soñado, como lo prometimos en los días cálidos de playa, en el atardecer de los besos, en el ocaso de las caricas, cuando mirabamos al sol sin parpadear, porque estabamos limpios, purificados de los males de la tierra por amarnos tanto, cuando hicimos las paces con nuestras culpas y con nuestro pasado cada vez que nos hacíamos el amor, cuando derrotamos a los monstruos ancestrales con solo mirarlos a los ojos.
El mar, el viento, el sol, la arena, tu y yo, en días sin número, que aún existen, que aún se suceden en lugares de mi mismo. Aún presente tu, aún viva, aún radiante, suspendida en un espacio sin tiempo, donde aún me sonries, aún me amas, aún jugamos como niños, donde aún somos jovenes, donde aún me dices al oido que siempre estarás conmigo, tal y como estás ahora, en este preciso instante de letras desordenadas y lágrimas contenidas a tu nombre.
Madre mía...sin palabras.
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